Son nueve meses en los cuales tenemos que cuidarnos mucho. Se tiene que prestar atención al cuidado general y físico de la madre y del bebé. En lo relacionado a la alimentación, los problemas surgen cuando queremos “hacer dietas”, ya que estamos subiendo de peso o consideramos que es el momento de hacer ejercicios en exceso cuando nunca antes se había hecho.
El ginecólogo se encarga de manejar el peso de acuerdo a la cantidad de semanas de gestación, además de aconsejarnos sobre las consecuencias del uso del cigarrillo, las bebidas alcohólicas y sobre los deportes extremos. Las citas prenatales son particularmente importantes en los casos en que la madre tenga más de 35 años, los embarazos múltiples y los embarazos con condiciones especiales o congénitas.
El tratar de estar saludables se convierte en un reto. Los cambios de temperatura son tan drásticos en Panamá, que es imposible evitar un resfriado. Un resfriado mal cuidado puede complicarse en una neumonía o bronquitis. La mayoría de los medicamentos son restringidos durante el embarazo, y la recuperación dependerá del seguimiento de las indicaciones del médico.
Muchas veces hay que recurrir a métodos caseros para ayudar en este proceso de recuperación. Por ejemplo, el uso del agua salina y el té caliente de jengibre para la congestión nasal, la limonada caliente con miel y enjuagues bucales con agua tibia y sal para aliviar la garganta irritada. Hasta se ha escuchado del beneficio de aspirar el vapor de una cebolla morada en agua hirviendo para aliviar la tos. Hay que limitar el contacto con personas enfermas de gripe y la mejor manera de prevención es el lavado de las manos constantemente.
En realidad, uno de los factores clave para prevenir enfermedades es el descanso y el sueño adecuado.
Es necesario dormir las horas recomendadas (de ocho a nueve horas) para que la madre gestante logre estar saludable. El dormir deberá ser una prioridad para la ejecución de las funciones profesionales y del hogar. No espere a que el cuerpo le presente manifestaciones de que “ya no puede más”.
Hágale caso a las señales del cansancio, como cuando no paramos de bostezar, cuando nos duelen los pies, las piernas, la espalda y cuando estamos a punto de “colapsar”. Aproveche estos meses como un “privilegio” para descansar y dormir todo lo que se pueda, ya que luego del nacimiento pasará mucho tiempo antes de que pueda dormir plácidamente.
Por otra parte, la madre embarazada tiene que hacer un esfuerzo muy grande de “impedir” caer en el Síndrome de la Mujer Maravilla.
Si bien es cierto, el embarazo no es un estado que impida seguir con nuestro estilo de vida, hay que estar consciente de los riesgos para evitar un aborto espontáneo o natural o un parto prematuro.
La “Mujer maravilla” quiere destacarse en toda sus funciones, no para de trabajar, ignorando el estado de embarazo y lo que sienta su cuerpo, lo que se traduce en un riesgo para la salud.
Debemos ser conscientes de nuestras prioridades. Por ejemplo, si no tenemos nada en la refrigeradora y son las 5:00 p.m. con un tráfico “descomunal”, es preferible ordenar la comida para la cena y solicitar la ayuda de algún familiar para que le haga las compras necesarias hasta cuando pueda hacer “el súper” el fin de semana junto a su pareja.
Debemos hacer un esfuerzo para sopesar los riesgos y los beneficios de nuestras actividades durante el embarazo. En vez de frustrarse por las cosas que no se pueden hacer por las limitaciones físicas, enfoque su atención en las cosas que debe hacer para consentirse usted misma. Ejemplos de atenciones especiales como un masaje corporal para embarazadas, un facial, un baño de burbujas en agua tibia mientras escucha música, leer un libro acostada en la cama, el poder alquilar películas que nunca pudo ver en el cine son algunas formas de evitar complicaciones en el embarazo. Hay circunstancias fuera de nuestro control, pero cuidarnos es nuestra responsabilidad.
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